Bastante inútil

  Bastante inúti l es una novela corta de intriga ambientada en el Madrid de la bohemia de principios de siglo XX. Su protagonista es un aprendiz de escritor que, nada más llegar a la capital, se ve involucrado en la búsqueda de unas cartas que, al parecer, pertenecieron a Oscar Wilde. Por sus páginas desfilan golfos, bohemios, cupletistas, libreros, militares retirados, periodistas, médiums de pacotilla, aristócratas bibliófilos y anarquistas pero, sobre todo, poetas que apenas tienen para comer y unas cuantas mujeres independientes que están buscando su lugar en el mundo. En definitiva, la instantánea de una época que, aunque parece distante,  guarda muchos paralelismos con la actual. Si quieres comprar el libro, solo tienes que pinchar en la imagen. 

(Imagen extraída de la wikipedia) El abuelo Gastón nunca ha existido. Aunque lleva como apellidos los primeros de mis abuelas, no tiene nada de real.  Como novela homenaje a  Alejandro Sawa , una influencia importante a la hora de crear el personaje de Gastón fue su novela  D eclaración de un vencido . El inicio de ambas novelas es similar: un joven de provincias llega a Madrid con la intención de triunfar como escritor y periodista.  Por otro lado, el personaje de Gastón es  una creación basada en la teoría del esperpento de  Ramón María del Valle Inclán.  Según aseguró Valle Inclán en un entrevista pubicada en el ABC, " hay tres modos de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire". Cuando se mira de rodillas, se crean los héroes clásicos, propios de  Homero  o de  Virgilio . Cuando se mira a los personajes de pie, nos encontramos con protagonistas que intentan parecerse a los propios lectores. Son los personajes de 

(Imagen extraída de Wikimedia commons) De un cantar canalla tengo el alma llena. Con estos dos versos comienza el poema Nocturno madrileño perteneciente al libro El Mal poema, publicado en el año 1909 . A pesar de que, cuando apareció el libro, lo negó en numerosas ocasiones, se trata de un libro con tintes autobiográficos en el que habla de la bohemia y de prostitutas, a quienes les dedica un poema titulado  MI PHRINË. Aparte de conocer personalmente a Oscar Wilde , escribió el epitafio del libro Iluminaciones en la sombra de Alejandro Sawa .  Jamás hombre más nacido para el placer, fue al dolor más derecho. Jamás ninguno ha caído con facha de vencedor tan deshecho. Y es que él se daba a perder como muchos a ganar. Y su vida, por la falta de querer y sobra de regalar, fue perdida. Es el morir y olvidar mejor que amar y vivir. Y más mérito el dejar que el conseguir.

(Imagen extraída de la wikimedia commons) Situada cerca del Paseo de Delicias, la quinta de Sabater era uno de los escenarios más frecuentes para la celebración de duelos o lances de honor. En ella tuvo lugar uno de los duelos más famosos de la historia española: el sostenido por el escritor valenciano Vicente Blasco Ibañez y el teniente Alestuey.  El 22 de febrero de 1904, guardias de seguridad del Congreso de los Diputados disolvieron a sablazos una reunión en la que formaba parte Blasco Ibáñez. Indignado, el escritor dijo en la tribuna de oradores que un "tenientecillo desvergonzado" le había zarandeado. Pocas horas después, el escritor recibió una carta de un coronel de caballería exigiéndole que procediera al nombramiento de padrinos para solventar la cuestión.  El duelo se celebró a pistola con dos balas, a veinticinco pasos de distancia y concediendo a los implicados treinta segundos para disparar. Después de escuchar la voz de "fuego", dispa

El personaje de Aurora Viterbo está inspirado, con muchas licencias, en la cupletista Consuelo Vello . Hija de una lavandera del Manzanares, se rumorea que pasó su adolescencia prostituyéndose en los bajos de la Plaza Mayor de Madrid. Su debut en escena fue, con apenas diecisiete años, en el Salón Japonés situado en el número dieciséis de la calle Alcalá. Según las leyendas más sicalípticas apareció despojada por completo de ropa, sentada en una bandeja de plata que portaban cuatro negros de pacotilla, pintados con betún.  A pesar de que no tenía una buena voz, pronto los periodistas comenzaron a hablar de su talento y la bautizaron con el sobrenombre de La Fornarina.  Su carrera dio un salto enorme cuando conoció al letrista  José Juan Cadenas que le compuso la mayoría de sus canciones. Su carrera fue fulgurante. Actuó por toda Europa (Lisboa, París,  Montecarlo, San Petersburgo) y se convirtió en un icono de la libertad sexual que admiraron escritores como Jacinto Benavente