Solo eran falsas
Sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios.
Me encanta esta cita de Borges. Pertenece al final de su relato Emma Zunz que forma parte de su libro de relatos El Aleph. Me parece una excelente justificación de la ficción. O de la mentira. Casi es lo mismo A menudo los escritores nos alimentamos de la mentira para contar nuestra verdad.
He aplicado esa fórmula en Bastante inútil. Podría proponeros un juego: intentar averiguar quién está detrás de cada personaje. Algunos son reales. Aparecen incluso con su verdadero nombre. Muchos otros, inverosímiles, también, aunque tamizados por la ficción, para que pudieran encajar dentro del relato.

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