Carmen de Burgos
(Imagen extraída de la wikipedia)
Carmen de Burgos y Seguí es uno de los personajes a los que más cariño tengo. De hecho, aparece en Bastante inútil con su propio nombre. A los dieciséis años se casó en su Almería natal con un periodista y pintor bohemio doce años mayor que ella. Su matrimonio fue un auténtico fracaso. Su marido resultó ser un vividor que le era infiel continuamente e, incluso, algunos aseguran que la maltrataba. Harta, aprobó las oposiciones de maestra y se largó de maestra a Guadalajara con su hija María.
Se puede decir que fue la primera mujer periodista profesional. Colaboró, entre otros, con El Globo o El Diario Universal de Augusto Sánchez de Figueroa, que la bautizó con el sobrenombre de Colombine. Se relacionó con todos los intelectuales de la época: Giner de los Ríos, Blasco Ibánez, Galdós, Baroja, Cansinos-Assens, Salvador Rueda, Zamacois o Juan Ramón Jiménez. Incluso, el pintor Julio Romero de Torres la retrató con un libro. Fue la primera mujer corresponsal de guerra con el diario El Heraldo de Málaga.
(Imagen extraída de la wikipedia)
Mantuvo una relación sentimental con Ramón Gómez de la Serna. Cuando lo conoció era un joven estudiante veinte años menor que ella. Su relación duró hasta 1929, año en el que Ramón Gómez de la Serna la abandona para marcharse a París con su hija María.
Gran feminista, fue una defensora incansable del divorcio y del sufragio femenino. Murió en 1932, mientras participaba en una mesa sobre educación sexual. Después de la Guerra Civil, toda su obra fue incluida en la lista de libros prohibidos.


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