Verlaine
Pauvre Lelian. Con este anagrama de su nombre se definió el propio Paul Verlaine en el libro de ensayos Los poetas malditos. El concepto de poeta maldito lo tomó de un poema de Charles Baudelaire. Se refiere a un poeta que, a pesar de su talento, no logra triunfar y no le queda más remedio que llevar una vida miserable.
Esa vida miserable es la que, según Gómez Carrillo en su libro Esquises, llevó Verlaine, sobre todo, hasta que, casi el último año de su vida, fue nombrado Príncipe de los poetas y se le otorgó una pensión.
Bebedor empedernido, abandonó a su mujer y se fugó a Londres con el también poeta Arthur Rimbaud, a quién terminó disparando en la pierna después de una discusión. Verlaine, por culpa de este incidente, acabó en la cárcel, acusado de homosexual y corruptor de menores.
Cuenta la leyenda que el día siguiente de su entierro, la estatua de la Poesía de la Plaza de la Ópera de París, perdió su brazo.
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